Heráclito

 



La principal fuente de su vida nos llega a través de Diógenes Laercio. Nació en el seno de una familia aristócrata, pero evitó su pudiente vida convirtiéndose en un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como los demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores. Estos fueron recopilados por Hermann Diels y Walther Kranz en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la numeración Diels-Kranz.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso y El Adivinador debido a la naturaleza oracular y paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón (en contraste con Demócrito, "el filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No obstante, respecto a este último epíteto, Geoffrey Stephen Kirk y John Earle Raven han señalado que se basa en juicios "totalmente triviales" que provienen en primer lugar, de referencias burlescas a la idea heraclítea de que todo fluye como el río, y en segundo lugar, a un error de traducción a Teofrasto. Este último se refirió a Heráclito utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de "melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó algunas de sus obras debido a la melancolía. Es así que hasta ahora no existen antecedentes históricos fiables que respalden el carácter pesimista de Heráclito. 

Junto al grupo de Mileto, consideró que el origen del Universo no se centraba en el pensamiento religioso o explicaciones que daban los dioses del todo.

La filosofía de Heráclito
La importancia que concedió a la afirmación de que todo está expuesto a un cambio y un flujo incesantes («Todo fluye y nada permanece») seguramente fue exagerada por Platón, quien contribuyó de manera decisiva a forjar la imagen del filósofo efesio.

By. Martínez  Rosas,



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